LOS NUMEROS
150 milímetros es la cantidad de lluvia caída hasta las 16,30 de ayer. Desde las 22 del lunes y las 3 del martes cayeron 95 milímetros.
EL DATO
En localidades como Empedrado, Concepción, Saladas, Mburucuyá y Santo Tomé también se registraron fuertes lluvias, aunque no ocasionaron daños semejantes a los registrados en Capital.
Desde las 22 del lunes hasta la mañana de ayer una fuerte tormenta se precipitó sobre la ciudad con 150 milímetros de lluvia y vientos de hasta 70 kilómetros por hora. Dejó como saldo más de 600 evacuados, decenas de árboles caídos y cables de energía cortados, entre destrozos y anegamientos en diversos barrios capitalinos como Esperanza, La Olla, Pirayuí, Molina Punta, Alta Gracia, San Marcos, entre otros, aunque no se registraron heridos ni víctimas fatales.
El temporal se desató cerca de las 22 del lunes, con ráfagas de viento, chaparrones y presencia de actividad eléctrica que se fueron incrementando con el correr de la madrugada de ayer. Según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la parte más crítica y violenta de la tormenta fue entre las 22 y 3 de la mañana del lunes y martes respectivamente, en los cuales se registró la caída de 95 milímetros de lluvia sobre la ciudad, lo necesario para que se inundaran algunas calles y barrios costeros.
Justamente las barriadas más afectadas por el agua fueron, una vez más, Esperanza, La Olla, Mil Viviendas, Laguna Seca, Pirayuí, San Marcos, San Antonio y Alta Gracia, entre otros, dejando como resultado más de 600 evacuados en toda la ciudad. Los principales inconvenientes surgieron por la acumulación de agua en zonas bajas e inundables en las que se encuentran esos complejos habitacionales, por la cercanía al río o al estado de los desagües pluviales.
De esa manera, “en algunos barrios se registraron hasta 40 centímetros de agua dentro de las casas, por lo que debieron ser relocalizados”, afirmaron fuentes municipales.
Pero no sólo el agua fue la causante de estragos, sino también la velocidad y la fuerza del viento, que marcó casi 70 kilómetros por hora durante las primeras horas del martes. Consecuencia de esto fueron las decenas de árboles y postes de luz caídos en diferentes puntos de la ciudad. Inclusive el puente ubicado en el barrio Molina Punta tuvo que ser clausurado debido al debilitamiento que sufrieron sus cimientos por motivo de la lluvia y las ráfagas.
Según explicaron funcionarios del Municipio, el lugar más afectado por los vientos fue el parque Cambá Cuá, donde una decena de árboles cayeron interrumpiendo el tránsito u ocasionando inconvenientes. El cuadro más complejo lo mostró un añejo ejemplar que se desplomó sobre uno de los muros perimetrales del Instituto Pelletier, sobre la calle San Luis. La pared sufrió un daño parcial, pero desparramó escombros sobre la calzada, interrumpiendo la circulación de vehículos.
Algunos árboles fueron arrancados de raíz y otros arrojados por los vientos, aunque cayeron dentro del perímetro del parque.
Otros lugares afectados por la caída de troncos fueron la calle Líbano, a la altura de la escuela Industrial y varias partes del barrio Yapeyú, aunque no ocasionaron daños materiales ni humanos.
Por otra parte, las copiosas lluvias, la fuerza del viento y la caída de árboles tumbaron postes de luz en diversos barrios así como afectaron momentáneamente algunos distribuidores de energía. Particularmente los distribuidores de los barrios Antártida Argentina -que fue reparado en horas del mediodía de ayer- y Yapeyú, que se encontraba en reparación al cierre de esta edición.
Según fuentes de la Dirección Provincial de Energía de Corrientes (Dpec), solamente ocurrieron problemas puntuales debido a la caída de cables en algunas zonas, pero no se registraron grandes inconvenientes como apagones.
Según informaron desde el SMN, las lluvias se extendieron hasta las 16,30 de ayer, pero no con la misma intensidad de la madrugada. Pero aún así, desde Obras Públicas de la Municipalidad advirtieron que relevar y asistir las consecuencias de la tormenta llevará entre 3 y 4 días.
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