Con 36 grados de temperatura máxima, el centro de la discusión política es el agua. ¿Dónde está el agua? ¿Por qué Plaza Huincul no hace cortes en el suministro si en Cutral Co no alcanza? ¿Por qué la postura de los funcionarios de Huincul no es tan firme en contra del cobro?
Esas preguntas recorren los pasillos y los escritorios del Instituto Municipal de Agua de Cutral Co, pero nunca llegan al corralón municipal de Huincul porque los responsables del servicio público “no se hablan”.
En el medio de las discusiones o los silencios están los usuarios que no saben a quién recurrir ante la falta de servicio y escuchan cada vez explicaciones más inverosímiles.
¿Menos agua?
Hay sospechas, las mismas de siempre, respecto a la cantidad de agua que produce el Ente Provincial de Agua y Saneamiento, EPAS, y que envía desde la planta de potabilización de Buena Esperanza. Se cree que, para darle marco a la discusión del cobro del servicio -hay reuniones entre las autoridades para tratar el tema luego del reclamo a nivel judicial de la empresa pública de agua-, se produce menos para acentuar las dificultades. Pero esa hipótesis puede que sea una percepción antes que una certeza, ya que nunca se presentan pruebas fehacientes para corroborar que la cantidad de agua es menor.
Pero también la paranoia del agua lleva a la discusión entre las comunas. Porque en Cutral Co hay familias que no reciben el suministro pero no son las únicas. En Plaza Huincul también hay dificultades, aunque parezcan menores.
En el barrio Otaño históricamente la presión fue insuficiente y ello preocupó a las autoridades. Se aumentó el tamaño de la cañería, pero lo cierto es que el caudal sigue siendo el mismo y las dificultades con la presión existen.
El mito del Tucho
En el mito, la leyenda que compone la imagen del ya fallecido Alberto “Tucho” Pérez, cuenta que el ex intendente de Plaza convino con el gobierno provincial el tendido de una cañería más grande para Huincul, en comparación con la que va a Cutral Co. Se sostiene desde esta última comuna que esa cañería es la que le impide a los barrios Nehuen Che y 176 Viviendas acceder al servicio mínimo. Pero estas denuncias, estos supuestos robos de agua, tampoco fueron confirmadas.
Lo que sí es lamentable que mientras algunos vecinos carecen de suministro otros “olvidan” las canillas abiertas y el agua corre por las calles desperdiciándose.
Y no hay multa que alcance para evitar este flagelo, la dificultad que tiene el servicio no tan sólo es la falta de inversión, sino también la carencia de solidaridad que existe entre vecinos.
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