Las explicaciones finalmente dadas por la empresa concesionaria del servicio de agua corriente en la Región sobre el exceso de nitratos que se registra en algunas zonas de La Plata, han dejado abiertas algunas inquietudes capitales en una cuestión tan delicada como lo es ésta, directamente vinculada con la salud de la población. En primer lugar, una de las conclusiones de todo lo que ha podido saberse en estos días señala que el exceso de nitratos en el agua sería un problema permanente, o al menos, demasiado frecuente, a pesar de lo cual no se dieron a conocer medidas que permitan erradicarlo. Y en segundo término, quedó en claro que la empresa ni ha comunicado ni piensa comunicar esa situación para que los usuarios puedan tomar, eventualmente, medidas preventivas.
Como se ha venido informando en este diario, la detección de la presencia de nitratos por encima de los niveles permitidos tanto por el Código Alimentario Argentino como por la legislación provincial, se obtuvo a través de estudios que encargó este diario y que realizó la Universidad Nacional de La Plata, sobre muestras tomadas a comienzos de este mes en viviendas de dos barrios de la Ciudad -San Carlos y Los Hornos- elegidas al azar para analizar ese compuesto químico, cuya ingesta excesiva puede ser especialmente perjudicial para embarazadas y bebés. El trabajo estuvo a cargo del Centro de Investigación y Desarrollo en Criotecnología de Alimentos de esa casa de altos estudios y el informe de los especialistas concluyó que las concentraciones de nitratos que presenta el agua de red en esos puntos de la Ciudad excede el límite fijado para el agua considerada potable, presentando por lo tanto valores de riesgo para el consumo.
Pero la problemática surge como aún más compleja y profunda por varias razones.
Este diario ya había encargado el mismo estudio -con muestras de los mismos barrios- en junio pasado y los resultados habían sido similares a los de comienzos de este mes: presencia de nitratos superiores a los permitidos. El dato apunta, por lo tanto, la posibilidad cierta de que se trate de un problema permanente. Pero las autoridades de la empresa estatal provincial responsable de procesar y distribuir el agua, Absa, no admiten esa posibilidad, aunque reconocen una situación igualmente preocupante: que permanentemente se estarían registrando subas y bajas con frecuentes picos de concentración en exceso de nitratos. Y esa inquietud no se despejó de modo alguno con la explicación oficial sobre cómo se afronta esta situación. Según lo informado, se hacen monitoreos periódicos y se actúa cuando se detectan excesos de nitratos en agua que ya se está consumiendo en las casas, para bajar los valores; pero nada se dijo acerca de la posibilidad de tomar medidas para que exista la seguridad de que nunca será superado el índice permitido.
Otro aspecto que agrava esta situación es que, de las propias explicaciones de la concesionaria surgió que los niveles de nitratos por encima de los permitidos no sólo se presentan en los barrios en los que se tomaron las muestras y se analizaron por una iniciativa particular, como lo fue la de este diario, sino que se da en varios otros puntos de la Ciudad, a pesar de lo cual la empresa no sólo nunca había advertido a la población de esta situación, sino que cuando ésta fue pública, se negó a informar cuáles son exactamente todos los lugares afectados.
Resulta inadmisible que no se suministre esa información, en la medida que se está hablando de advertir o no a la población de la presencia en el agua que consume de elementos químicos que podrían afectar seriamente a embarazadas y lactantes. La concesionaria parecería adherir a la terrible idea de que "el problema que no se conoce, no existe". En este caso, no sólo existe, sino que sólo conociéndolo se pueden tomar medidas preventivas para evitar males mayores. Y quedan abiertos, así, interrogantes enormes. ¿Saben en Absa que es una creencia generalizada que hirviendo el agua cinco minutos se eliminan más bacterias, y que así lo hacen muchas madres con el agua para las mamaderas de leche en polvo; pero la enorme mayoría de esas madres ignora que hirviendo durante varios minutos el agua se genera una concentración de nitratos superior a la "original", suficiente para provocar el mal que se conoce como "bebé azul"? Si no lo saben, sería gravísimo, y si lo saben, es inconcebible que no alerten a la población sobre el exceso de nitratos y no desarrollen campañas de prevención. |
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