Esto se inició al día 12 del corriente mes, luego de los hechos de Termas de Reyes. Al respecto, Eduardo Rueda, experto de la citada repartición destacó que se trata de una contracuenca, una parte de la cual cae hacia Reyes, con las consecuencias por todos conocidas y la otra para el lado de Yala.
En este curso, producto de esa crecida, se presentaron diversos inconvenientes por la acumulación de material, sedimentación de gran magnitud desde el puente Los Nogales hacia arriba, llenando de rocas de gran tamaño el centro del cauce; con ello el agua se desvió hacia ambas márgenes provocando serios daños al contrafrente de muchas viviendas y laderas, caminos de acceso y riesgos al puente propiamente dicho.
Frente a la inquietud de los vecinos, el Ministerio de Infraestructura y Planificación, a través de la DPRH, encaró trabajos de encauce en diferentes sectores, conformando dos grupos de maquinaria pesada para acelerar las obras ya que de repetirse una contingencia parecida, podrían presentarse inconvenientes de igual o superior magnitud a los de Termas de Reyes.
En este sentido cabe recordar que existen muchas viviendas que prácticamente se encuentran dentro del cauce, con todos los riesgos potenciales que son de imaginar.
“El peligro es latente por la intensidad y frecuencia de las lluvias de verano -recalca Rueda- agravado todo ello por el cambio climático que está afectando al continente y el mundo en general”.
Recordó que se trabaja desde el 14, el dìa siguiente del acontecimiento de Termas de Reyes y enfatizó que “los habitantes deben saber que todo lo que hacemos son obras de emergencia, que nadie crea que son obras definitivas ya que lo que tratamos es de aliviar el cauce que al fin y al cabo, sufre las consecuencias de un proceso de sedimentación de hace más de 20 años atrás”.
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