El Paraná en Barranqueras creció muy poco, pero en la alta cuenca tanto Andresito como Iguazú subieron ayer unos 25 centímetros más, lo que implica que dentro de esta semana se trasladará una nueva onda que indefectiblemente llegará al puerto de Barranqueras.
Por el momento la corriente del Niño sigue estando presente en Sudamérica y en especial en la zona del NEA. Durante diciembre y enero se registraron importantes precipitaciones que además de incrementar el caudal de los ríos afectaron cosechas enteras y seguramente seguirán anegando campos enteros.
Tanto el servicio meteorológico nacional como los pronosticadores locales no informaron de nuevas alertas para el norte del país, lo que es una buena noticia, al menos por ahora.
Pero desde hoy las condiciones podrían variar comenzando un nuevo ciclo de fuertes lluvias con tormentas, algo que implica crecidas que terminan afectando aún más a las zonas ribereñas.
El viernes pequeños ganaderos se reinstalaron en los terraplenes del sistema de defensa a la altura de Barranqueras y gran parte de los terrenos bajos estaban inundados, muchos de ellos lo están desde al menos 2 meses.
En tanto, Prefectura y la Provincia continúan la asistencia diaria a los evacuados y aislados. Cada familia afectada por la crecida recibe alimentos y otros bienes como un paliativo.
El comportamiento del Paraná es por naturaleza impredecible, más cuando la corriente del Niño se instala en el sur brasileño y norte del país. La última vez que golpeó causó emergencias en todo el NEA.
Hasta abril seguirá el fenómeno del Niño
Los organismos oficiales señalaron que al menos hasta abril seguirá atacando el Niño y recien en otoño el fenómeno meteorológico perderá fuerza. Allí se evaluarán los daños y los beneficios que dejó.
La región vivió un período prolongado de sequía que duró hasta la caída de abundantes precipitaciones que comenzaron en noviembre. En poco más de una semana llovió más de la cantidad de agua registrada en los períodos pasados.
Grandes franjas de Formosa, Corrientes y Chaco pasaron en no más de un mes de la sequía a campos inundados, caminos intransitables y desbordes de las presas de reservas.
En octubre el Paraná comenzó el período de crecida, al poco tiempo ya había inundando todos las edificaciones que se construyeron pensando que no se produciría un embate, lamentablemente ocurrió lo contrario.
Consecuencias a largo plazo
Por el momento en Chaco los afectados no son tantos, mejor dicho menos que los evacuados de las grandes inundaciones del 83 y 97. En el campo aún no consideran una emergencia.
También la altura del río favorece la navegación comercial. El puerto puede operar con normalidad y con un calado importante.
Los problemas se verán cuando el río baje. Cuando esto ocurra deberán estudiar cómo se comportó creciente, más concretamente en dónde dejó sedimentos para comenzar con las tareas de dragado.
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