Por tercera ocasión en lo que va del mes de enero, durante el último fin de semana se produjo un corte total del suministro de agua potable en esta localidad, lo que generó innumerables contratiempos y malestar por parte de los usuarios.
En tanto, desde la Cooperativa Eléctrica Limitada Oberá (Celo) señalaron que la interrupción del servicio obedeció a tareas de mantenimiento en el acueducto que transporta el vital líquido desde el arroyo Ramón.
Más allá de las explicaciones de rigor, lo cierto es que en lo que va del mes en curso ya se produjeron tres cortes totales en el suministro, los primeros por roturas en las cañerías y el más reciente por mantenimiento.
Por ello, durante el fin de semana las quejas fueron generalizadas y muchos usuarios recordaron que hace apenas diez días la cooperativa aumentó más de veinte por ciento las tarifas de agua potable.
Incluso, autoridades de la entidad afirmaron recientemente que este verano no se producirían tantos cortes como el anterior debido a que las intensas lluvias regularizaron el caudal del Ramón, lo que fue corroborado por este medio.
“Lo peor es que llamamos a la Celo para reclamar y tienen el teléfono descolgado, o si atienen dicen que están trabajando y que tengamos paciencia. Uno llega a pensar que te toman el pelo”, comentó Ana Kurtz, de Bella Vista.
La vecina aseguró, que estuvo tres días sin agua potable, una situación que se repetiría seguido en el barrio: “Aparte es un contrasentido, porque aumentan el agua pero nos cortan”, se quejó la mujer.
Problema latente
También en barrios como Villa Schuster, Villa Torneus, Docentes y Villa Lindstrom se sintió fuertemente el impacto de la falta de agua en los últimos días, según el testimonio de varios afectados.
Salvo quienes disponen de tanques de reserva -lo que tampoco asegura una provisión sostenida- durante el fin de semana cientas de familias padecieron serias complicaciones.
“Yo tengo un almacén y la Municipalidad exige que limpiemos como corresponde, lo que está bien, pero cómo hacemos si día por medio no tenemos agua”, se preguntó un comerciante de Torneus.
Además, enumeró que ya van tres cortes prolongados en lo que va del mes, siendo que “en los últimos meses llovió mucho y el Ramón está crecido. Pero ahora se rompen los caños, entonces es un chiste”, opinó molesto.
Otros puntos conflictivos son los barrios 70 y 30 Viviendas de Villa Lindstrom, ya que con la llegada de los calores intensos, que elevó el consumo general, los habitantes del barrio comenzaron a padecer la reiteración de cortes.
Por su parte, desde la Celo justificaron la deficiencia del servicio en función a la altura en la que está enclavado el barrio, lo que hace que el agua llegue con poca presión y no alcance a abastecer los tanques de reserva de las familias de la zona.
Los vecinos reconocen la dificultad del terreno, ya que el barrio está ubicado en la parte más alta de la Ciudad, por lo que opinaron que una de las opciones sería contar con una perforación propia que no los haga depender de la red que se abastece del arroyo Ramón.
“Acá hay vecinos que compraron un segundo tanque para reserva, pero no todos pueden y tampoco es la solución, porque a veces llega un hilito de agua que no alcanza para nada”, puntualizó un vecino.
“Los caños no están vencidos”
Ante la reiteración de los cortes totales en esta localidad, primero por rotura de caños y luego por mantenimiento de los mismos, el gerente general Armando Avencini aclaró que los mismos no están vencidos por el uso, como transcendió en algunos medios.
“Ocurre que estamos bombeando 500 mil litros y eso es mucha potencia, por lo que tenemos antiarietes antes de los bombeos para que no dañe a las bombas y eso produce movimientos en los caños”, explicó Avancini.
Además, reconoció que “ésto hace años que no pasaba, ni tiene que ver con un problema de vencimiento como se dijo por ahí, los caños no tienen fecha de vencimiento”. |
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