Fue en 1973 que en la provincia de Santa Fe se crearon, con el fin de colaborar con el desarrollo regional por medio del manejo de los recursos hídricos, los Comités de Cuenca, que están regidos por la Ley provincial N° 9.830 y el Decreto reglamentario N° 4.960, a través de los cuales se ejecutan fundamentalmente obras de drenaje superficial urbanas y rurales, terraplenes de defensa y viales, bajo la supervisión de la Dirección Provincial de Obras Hidráulicas.
En la actualidad funcionan 28 Comités de Cuenca, que abarcan una superficie de 4.500.000 hectáreas, lo cual representa el 34 por ciento del área provincial, principalmente en el centro y norte del territor- io.
Fue con el reclamo de las filiales Presidente Roca, Castellanos Oeste, Humberto Primo y Suardi, sobre un canal necesario para la zona de Santa Clara de Saguier, que se reactivó la polémica sobre la desorientación que existe en el tema de obras, lo cual la Federación Agraria Argentina quiere plantear ante el Ministro de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente de la Provincia de Santa Fe, cuando Antonio Ciancio se disponga a otorgarles una entrevista.
Lo cierto es que según la Provincia existen 16 mil contribuyentes y beneficiarios con el esquema de los comités de cuenca, siendo quienes deben planificar las obras y conseguir un destino adecuado a la recaudación que debe estar concretamente administrada.
Según pudo conocer LA OPINION, existe un desbalance en el pago de aportes para cualquier productor, en particular de nuestra región.
En 2009, el dueño de un campo que pagó cuatro cuotas de 615 pesos, aportó en concepto de Inmobiliario Rural un total de 2.460, ahora bien, ese mismo propietario aportó al Comité de Cuenca correspondiente una suma anual de 7.714 pesos, sin distinción de aportes entre quienes reciben el beneficio del desagüe y quienes antes no tenían agua y ahora sufren el canal. Esto está contemplado en el décimo artículo de la norma, que por supuesto no se respeta y se unifica, a pesar que tenga el detalle del ajuste con el precio del gasoil, problema que surge por la falta de políticas integrales, que obligue al cumplimiento de esta disposición para completar las obras de desagüe.
Es esta gran diferencia en los pagos la que hace que en los campos las exigencias de obras sean crecientes, por necesidad y disponibilidad monetaria que corre al margen del presupuesto provincial y es efectivamente una obligación del Gobierno santafesino que esté a cargo de la administración provincial.
OBRAS SIN PROGRESION
Es así que en los campos que ya se hicieron los canales de desagote de las zonas inundables, en muchos casos por donde naturalmente corrían algunos arroyos, ahora se encuentran grandes cañadas, custodiadas por terraplenes de tierra removida, que dividen los campos, sin la construcción de pasos para el ganado o la maquinaria; y en muchos casos afectan la cotización y utilidad de esas tierras.
Pero también es grave saber que no existe continuidad en los trabajos a lo largo de una misma cuenca, ni obligatoriedad para ciudades y comunas de sumarse a las obras y aportes, como es el caso del agua derivada de Roca, que llega hasta Sarmiento, pero de allí en adelante, en Patria; Grütly y Progreso no existe canalización, por lo tanto, en caso de una lluvia copiosa, el agua que se escurre, terminaría volviendo a su origen al no poder correr hasta el Salado.
La urgencia de los productores se da por el apuro que impone el clima, con fuertes lluvias proyectadas para el fin del verano y el comienzo del otoño, que son las que deberían poner a prueba todo este esquema de desagote que está incompleto y sin seguimiento.
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