Al menos siete personas fallecieron a causa de los aludes e inundaciones provocados por las lluvias en la región de Cusco, donde 2.000 turistas quedaron aislados desde el domingo. Cincuenta uruguayos están varados y esperan regresar al país.
"Esta es una época de lluvia. Nosotros lo sabíamos, pero este año es mucho peor, hay mucha más lluvia", contó a El País la uruguaya Virginia Bellon, que llegó a Machu Picchu el domingo de mañana sin pensar que pasaría tres días en la localidad de Aguas Calientes.
Ese día, Bellon no pudo irse del pueblo porque, a causa de las inundaciones y deslizamientos, no salió el tren que une Aguas Calientes con Cusco.
La uruguaya es sólo una entre los 2.000 turistas que quedaron varados en la región andina debido a las lluvias torrenciales que ya se cobraron siete vidas y azotan a toda la región.
De los 1.954 visitantes aislados que se registraron el lunes, algunos han logrado salir a través de un puente aéreo y otros intentaron hacerlo a pie, según informó ayer Marco Ochoa, presidente de la Asociación de Agentes de Viaje de Cusco.
Sin embargo, la gran mayoría permanece en el pueblo de Aguas Calientes, a la espera de ser evacuados o de que se restablezca la comunicación por tren, algo que, según Ochoa, demorará al menos tres días.
"Hay gente viviendo en los vagones del tren de la estación, otros están en carpas, en la plaza o en la municipalidad. Para algunos hay colchones y para otros, no", relató Bellon a El País desde Machu Picchu.
"Algunos estamos en hostales, pero empezaron a subir los precios y una pieza que costaba US$ 7 ahora cuesta US$ 17 o US$ 24, es un abuso absoluto", dijo la joven que fue a las ruinas con dos amigas.
Las lluvias ya se cobraron la vida de una turista argentina, Lucila Ramballo Carlo, de 20 años, que fue sorprendida por un alud cuando dormía en una tienda de campaña en la zona de Wiñay Huayna. La joven se encontraba haciendo la ruta conocida como Camino del Inca, que permite llegar a la ciudadela a pie.
Un guía turístico peruano falleció en otro tramo del Camino del Inca aplastado por otro deslizamiento. Además de ellos, dos hombres murieron al caer al río Vilcanota; otro más arrastrado por un alud en la provincia de Calca, y una madre y su hijo cuando su casa en Cusco colapsó por las lluvias.
El gobierno peruano declaró el estado de emergencia en toda la zona afectada por el mal tiempo, que comprende a las regiones de Cusco y Apurímac, dos de las más pobres del país. La declaración hace posible que los gobiernos regionales utilicen los recursos generados por el canon minero para hacer frente a las emergencias.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Defensa Civil, hasta el momento las lluvias han destruido 265 viviendas, matado a dos pobladores y afectado a unas 12.000 personas. De ellas, 1.332 han perdido todas sus pertenencias. También se vinieron abajo dos puentes que unen la ciudad con el Valle Sagrado de los Incas, otra importante zona turística que ha quedado incomunicada.
El presidente del gobierno regional de Cusco, Hugo Gonzales, estimó que las pérdidas en agricultura educación, vivienda y transportes ascienden a unos 172 millones de dólares.
En Aguas Calientes en tanto, los turistas que esperan ser evacuados coparon los hospedajes, el estadio municipal y la estación del tren.
Según el presidente de la Asociación de Agentes de Viaje para Cusco, no es sencillo coordinar la evacuación. "Hay otras zonas que también necesitan ser atendidas y por eso, aunque el gobierno ha anunciado que enviará cinco helicópteros más para atender la emergencia, solo nos han podido asignar dos para evacuar a los turistas de Machu Picchu", declaró.
Ayer Estados Unidos accedió a colaborar con cuatro helicópteros, pero éstos no pudieron aterrizar. "La gente está muy nerviosa y ocupó toda la pista, no dejando aterrizar a los helicópteros. La zona de aterrizaje es un caos, hay una fila de 400 personas", dijo a El País Silvana Rodríguez, otra uruguaya que está en Aguas Calientes.
URUGUAYOS. Son 50 los turistas uruguayos que quedaron varados en la región y ninguno está herido, según explicó a El País el embajador de Uruguay en Perú, Juan José Arteaga.
"Felizmente, es toda gente joven. Pero están intranquilos, molestos", afirmó.
Aunque fue optimista acerca de una pronta evacuación, Arteaga no descartó futuros inconvenientes climáticos.
Ayer de noche, delegados de todos los países se reunieron con el alcalde de Machu Picchu, Edgar Miranda, para definir la retirada de la zona.
La delegada de los uruguayos, Silvana Rodríguez dijo que resolvieron que la evacuación será por orden de edad. Agregó que el proceso será lento "porque la gente se está desesperando" y estimó que hoy "se va a organizar más" la situación.
Hasta ayer de tarde, los turistas no sabían cómo saldrían de Aguas Calientes. "Tenemos los helicópteros por encima de nuestras cabezas pero no sabemos dónde están parando ni a quiénes están evacuando", había dicho Virginia Bellon.
Tanto Rodríguez como Bellon coincidieron en que la situación que viven en la desbordada localidad en la que habitualmente hay 500 personas es "estresante".
"Es horrible porque estamos encerrados, atrapados, entre montañas y sin recursos", sentenció Bellon.
Por el momento las autoridades anunciaron que Machu Picchu permanecerá cerrada durante por lo menos tres días y advirtieron a los visitantes que no se aventuren en el Camino del Inca. No hay información exacta sobre cuántos están haciendo ese paseo actualmente, que lleva unos 3 o 4 días.
La cifra
12.000 Son las personas que fueron afectadas por las intensas lluvias en la región de Cusco. De ellas, 1.332 lo perdieron todo.
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