Los 90.000 habitantes de Gualeguaychú pasaron la agobiante jornada de ayer sin agua. Al inconveniente se le sumó un estado general de enojo cuando trascendió que la interrupción del servicio se produjo debido al daño de un caño maestro del sistema de circulación de agua potable, provocado por una topadora que abría zanjas al costado de la ruta 136 para instalar el cableado de fibra óptica.
El ingrediente que desató la reacción airada fue que el destino de la fibra sería la empresa Botnia, según denunciaron referentes de la Asamblea Ciudadana Ambiental de Gualeguaychú consultados por LA NACION.
Sin embargo, el intendente local, Juan José Bahillo, se mostró cauto ante las consultas de la prensa en cuanto a esa versión y evitó decir si efectivamente la instalación estaba orientada a dar servicio a la pastera, pese a lo cual no dudó en anunciar que la municipalidad demandará a una de las firmas involucradas en la obra.
Además, Bahillo confirmó que las firmas privadas no contaban con autorización municipal para realizar la apertura de zanjas.
El desperfecto se produjo junto a la ruta 136, cerca del río Gualeguaychú, a unos 15 kilómetros de Arroyo Verde, punto donde los asambleístas realizan la interrupción del tránsito desde hace tres años y dos meses en reclamo contra Botnia.
"A nosotros nos habían dicho que los trabajos de tendido de fibra óptica era para Gendarmería, de modo que para nada teníamos inconvenientes en que los obreros pasen por [el corte de] Arroyo Verde. Pero luego supimos que el tendido era para Botnia. Ahí, la Asamblea Ambiental aprobó cortarle el paso. Para colmo, la empresa contratista rompió hoy [por ayer] un caño de agua y dejó sin servicio a toda la ciudad", dijo a LA NACION el asambleísta Martín Alazard.
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