Más allá de que los niveles puedan llegar a estar dentro de los parámetros aceptados, de ninguna manera debe afirmarse que la ría no esté contaminada. Así lo sostiene el coordinador del Comité Técnico Ejecutivo municipal, Fernando Rey Saravia, quien argumenta sus expresiones en los estudios que el equipo, a su cargo desde 2005, cumple cada mes y que remite al Organismo Provincial de Desarrollo Sostenible (OPDS).
En nuestra edición de ayer, Julio Chavarría, coordinador ejecutivo de Fiscalización Ambiental del OPDS, aseguró que el recurso natural de la ría de Bahía Blanca sufre un impacto ambiental producto de las descargas de efluentes industriales y de la actividad portuaria que existe en la zona desde la instalación de las empresas, pero que eso no significa contaminación.
El funcionario consideró que el CTE no cumplió eficientemente con el monitoreo del estuario y que como no quiere que la ría dentro de cinco años sea un Riachuelo II, "ahora se fiscalizará en serio".
Rey Saravia cree que Chavarría no conoce nada de lo que se hace en el CTE y que debió haberse apoyado en los técnicos del OPDS, que sí lo saben.
Este ingeniero químico graduado en la UNS y que llegó al CTE en 2005, por concurso ("soy un técnico, no un político", advierte), indica que la pesca está afectada por falta de planificación en la captura y el control, por la contaminación --ya sea por líquidos cloacales urbanos como industriales--, por el dragado y hasta por la navegación.
--¿Qué ha pretendido Chavarría con sus dichos?
--Buscar un culpable fuera de sus manos. Tendrá que retractarse, porque sus declaraciones están regadas de ignorancia y ofenden a muchos técnicos responsables. Ha dañado al CTE y si éste deja de ser creíble para la comunidad, pierde su sentido. Por eso en vez de acusar, tiene que establecer qué corregir y estrechar contactos con organismos que, como el CTE, nacieron porque la Provincia no hace su trabajo.
--Chavarría afirmó que el OPDS le delegó facultades al CTE para fiscalizar la ría.
--No, ni siquiera podemos fiscalizar los efluentes industriales que, depende del caso, les corresponden a la Autoridad del Agua o al Organismo de Control de Aguas de Buenos Aires. Pese a eso, cuando comprobamos que se violan normas labramos actas y las remitimos a la Provincia, que se reserva el derecho de juzgamiento.
--¿Y qué pasa con los datos que ustedes recogen mensualmente?
--Como no nos dormimos en el hecho de no tener facultades, los tomamos y los evaluamos con el respaldo del Instituto Argentino de Oceanografía. También los exponemos ante nuestros auditores, por caso las universidades. Nuestro trabajo no está dirigido por razones políticas municipales y lo conduce la comunidad a través del Comité de Control y Monitoreo, que también integra el OPDS.
--¿Se puede afirmar que pese al impacto ambiental la ría no está contaminada?
--Chavarría se expresa mal porque no es un técnico. La contaminación de la ría no se puede negar. El ha querido decir que para un ecosistema que es capaz de absorberlos, son admitidos ciertos niveles.
--Los pescadores dicen que no hay pesca por culpa de la contaminación industrial.
--Es un factor, sin ninguna duda, pero hay otros.
--¿Cuáles?
--La doctora Andrea López Cazorla, una de las especialistas más importantes del país, hace tiempo que advierte que la falta de planificación y control de la pesca, y acá otra vez está la Provincia de por medio, ha llevado a la depredación del litoral marítimo y en particular en la ría, un ecosistema muy delicado. Esos son los factores que Chavarría soslaya, quizás por sentirse muy presionado en esta emergencia.
--¿Son los únicos factores?
--Claro que no, porque la Provincia no controla eficientemente los vuelcos urbanos, entre los cuales hay un montón de elementos provenientes de pequeñas industrias, tales como metales pesados, hidrocarburos y otros. Tampoco trata los líquidos cloacales.
--Pero ABSA ha dicho que la planta de la Tercera Cuenca está en marcha
--Funciona muy mal. Hasta dudo de que el proceso esté preparado para tratar los líquidos cloacales en forma adecuada. La clausura de las piletas de Maldonado es por demás elocuente de lo que digo.
--Chavarría piensa que la ría debe retrotraerse a 5/10 años, "cuando no había problemas".
--La contaminación no es de ahora ni de hace 10 años. Y para determinarlo ni siquiera hace falta un laboratorio químico, porque la cloaca mayor descarga desde hace décadas. En Google Earth se aprecia la mancha espantosa sobre la ría, que no sólo lleva carga orgánica y bacterias sino también metales pesados y otros elementos que se tiran sin control.
--¿Hay responsabilidad del Polo Petroquímico?
--Por supuesto que la tiene, pero no se lo puede imputar exclusivamente porque hay otras industrias sin tratamientos. Y el OPDS cuenta con los datos que les enviamos al respecto.
--¿En que quedaron las actas de infracción que remitió el CTE?
--No volvieron durante años. Es decir que labramos infracciones, las enviamos al OPDS y nunca supimos qué pasó hasta que contratamos una abogada para seguir de cerca los expedientes. Hace unos meses empezaron a llover las actas con el juzgamiento y la multa.
--¿No resulta muy barato contaminar?
--En términos económicos, por supuesto que sí, pero desde el punto de vista de la imagen de las empresa, aunque se trate de una multa de dos pesos, duele mucho porque repercute en el prestigio internacional. De hecho, hay responsables de infracciones que han sido sancionados desde el exterior.
--¿Se puede revertir la contaminación de la ría?
--Es muy difícil, aunque, insisto, se hablen de parámetros aceptables. Ante un problema de mucho tiempo, estamos trabajando y controlando las conductas de las empresas, que también han cambiado en ese sentido y destinan inversiones para no dañar el ambiente.
De las muestras tomadas por el OPDS para establecer el estado de la ría, y cuyos resultados motivaron las cuestionadas expresiones de Chavarría, Rey Saravia enfatizó que el CTE quedó completamente al margen.
En cuanto a lo que han establecido los análisis que el CTE cumple con el IADO, puntualizó que hay metales pesados que aumentaron y que se investigan las causas.
"Tenemos presunciones muy claras. En el caso del cadmio, sabemos que las cloacas influyen mucho, aunque los niveles están por debajo de lo aceptado internacionalmente. Pero eso no significa que no haya contaminación".
Rey Saravia también resaltó aumentos importantes en temperatura, salinidad y acidez, pero más bajos niveles de oxígeno disuelto y porcentaje de saturación de oxígeno, que para los procesos biológicos aún resultan adecuados.
"Esto nos alerta ante parámetros que vienen desmejorando. Hay, además, menores niveles de turbidez, nitratos, nitritos, silicatos y clorofila, y no hay cambios en amonio y fosfato. Pero, obviamente, son muy altos los grados de materia orgánica".
Acerca de los metales pesados, para Rey Saravia se notan concentraciones muy variadas y precisó que en la zona interior de la ría predominan el plomo y el cromo, situación que se debe corregir. Para completar su enfoque sobre las aguas, dijo que son bajos los niveles de mercurio.
En sedimentos, Rey Saravia afirmó que hay acumulación de algunos metales pesados.
Peces.
Acerca de lo que han determinado las evaluaciones del Instituto Argentino de Oceanografía en peces, Rey Saravia explicó que los contaminantes primero llegan al hígado, y si acceden al músculo es muy grave porque es la parte que se come. De todos modos, expresó que los metales pesados en hígado y músculos detectados se mantienen dentro de los niveles aceptados por la Organización Mundial de la Salud.
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