La sequía del segundo semestre de 2009 generó la crisis hídrica que gran parte de la provincia sigue padeciendo, y el intenso calor del primer mes de 2010 no hace más que agravarla. En toda Córdoba se ruega por urgentes lluvias que traigan agua para alimentar los ríos, lagos y napas en crisis –sobre todo en sus nacientes, en la zona serrana– y que además reduzcan las temperaturas y de ese modo bajen los altos consumos.
Mientras, se van sumando localidades y zonas del interior al mapa de las dificultades para el normal abastecimiento de agua.

Punilla, muy seco. El dique Los Alazanes, ubicado en el norte de Punilla, está casi seco. Donde antes se veía un embalse de unas 20 hectáreas hoy apenas sobrevive un “hilo de agua”, según describió a este diario Osvaldo Allié, a cargo de la empresa municipal de aguas de Capilla del Monte. Desde ese lago se abastecía esta ciudad, que hace meses desarrolla malabarismos para buscar fuentes alternativas. Primero recurrió a otro lago cercano, El Cajón, que mantiene un nivel aceptable de agua, y luego a camiones que distribuyeran agua casa por casa en los barrios más altos, a los que la red ya no proveía. Desde hoy intentarán que la descarga de los camiones se haga a cisternas que alimentan la red.
La falta de lluvias en la zona serrana de Punilla complicó además a otras localidades. Por ejemplo, también el pequeño dique San Gerónimo, vecino a La Cumbre, está casi seco. Esa localidad debió recurrir a perforaciones de emergencia para abastecerse de agua de napas.
Hacia el sur de Punilla, ayer fue la comuna de Icho Cruz la que admitió que hay sectores de esa población que empezaron esta semana a padecer la falta de agua corriente. “La escasez de lluvias hace que el río tenga muy poco caudal y hay un sector en el que no damos abasto”, dijo el jefe comunal José Gaba. Reclamó mayor cuidado en el consumos y no descartó cortes si la situación no se revierte pronto.
En Carlos Paz, el sector de Villa del Lago está al límite para satisfacer la demanda. Rige allí desde esta semana la “alerta roja”, para que el agua sea sólo para consumo humano, dado que el arroyo Los Chorrillos del que extrae el agua registra una fuerte bajante.
El resto de esa ciudad está abastecida con normalidad, por una toma en el río San Antonio, aunque en sectores más altos en algunos horarios se percibe una menor presión. No es muy diferente la realidad de estos días en el valle de Traslasierra.

Ahora, Calamuchita. Cooperativas de servicios de distintas localidades de Calamuchita advirtieron sobre el alto consumo de agua que se registró esta semana de agobiante calor, marcando un récord sin precedentes, en plena temporada turística. Desde las entidades concesionarias del servicio, como las de Santa Rosa, Villa General Belgrano y Villa del Dique, solicitaron un uso racional del recurso.
Aunque el nivel de ríos y lagos es mayor que en los otros valles, en los últimos días –sin lluvias– una nueva bajante encendió la luz de alarma, mientras se esperan precipitaciones.

Sin teléfono
Cinco comunas del sur del valle de Punilla también sufrieron ayer la interrupción del servicio telefónico ocasionado por los cortes de energía. Se rompió un equipo de Telecom que realiza el enlace telefónico entre una central y las comunas de Mayú Sumaj, Cuesta Blanca, Icho Cruz, San Antonio de Arredondo y Tala Huasi.

Restricciones viejas y nuevas

Sierras Chicas. El panorama de restricciones se mantiene desde hace meses en las Sierras Chicas (Río Ceballos, Unquillo, Mendiolaza y Salsipuedes) y de las dificultades de otros municipios del Gran Córdoba, como Jesús María y Colonia Caroya.

Norte. La sequía ha hecho estragos este año y sus dificultades habituales por la escasez de este recurso se han visto agravadas.

Centro, sur y este. Las dificultades son menores. La mayoría de sus pueblos y ciudades se abastecen de napas subterráneas, que –salvo excepciones– mantienen reservas. Y a las localidades del este –cuyas napas no son potables– el agua llega por acueductos que parten desde Villa María o Bell Ville.