Gordon Brown, primer ministro británico, recibió pedidos para que fortalezca las fuerzas navales que defienden las Islas Malvinas, después de que Argentina intensificó su retórica en la prolongada disputa por la soberanía.
En un esfuerzo por hacer difícil la vida de las compañías británicas que se preparan para perforar en aguas que rodean las islas, la Argentina impuso nuevas restricciones para el tránsito de buques por las rutas que van desde sus puertos hasta el territorio.
Sin embargo, los grupos petroleros y diplomáticos sostienen que los cambios no afectarán en gran medida los planes de perforación, dado que no se espera que buques o provisiones deban atravesar aguas argentinas.
Los conservadores del Reino Unido le pidieron a Brown que despliegue más buques de guerra en la región para que “no queden dudas” sobre la determinación británica de explorar.
William Hague, secretario de relaciones exteriores, señaló: “Debería quedar muy claro que la búsqueda legítima de petróleo en las aguas de las Islas Malvinas no se verá afectada por amenazas injustificadas o la interferencia de Argentina”.
Brown está ansioso por asegurarse de que la disputa no se intensificará, pero sentenció que la perforación se llevará a cabo de todos modos.
“No se trata de tener una pelea con Argentina”, dijo un diplomático británico.
‘Queremos que la perforación siga adelante, y mantener una buena y constructiva relación con la Argentina,” agregó.
Los analistas consideran al decreto de la presidenta Cristina Fernández como una amenaza por la perforación, lo que provocó un ferviente entusiasmo en Argentina por un posible torrente de “oro negro”.
Victorio Taccetti, el vicecanciller argentino, señaló que la medida “eleva el nivel” de autorización necesaria y que impedirá la exploración porque “cuanto más lejos tengan que ir para obtener provisiones, más difícil y costosa será” la exploración de hidrocarburos.
Sin embargo, Desire Petroleum, que está coordinando el programa, señaló que la medida no tendrá impacto sobre los planes para que la plataforma petrolífera ingrese a aguas de Las Malvinas el viernes y comience la perforación.
Argentina prometió multar o revocar licencias de cualquier compañía que participe de la exploración o del abastecimiento de servicios de apoyo. Pero en términos prácticos, “no hay nada que pueda hacer la Argentina para detener la perforación”, señaló Richard Rose, analista de Oriel Securities, brokers que trabajan para Falkland Oil and Gas.
Ventajas para la política interna de los dos países con la crisis diplomática
Nadie imagina en el año 2010 que se repita la historia. Ni en Londres ni en Buenos Aires asignan un atisbo de realidad a la posibilidad de que un buque de guerra, o varios, salgan de los puertos ingleses para defender a las Malvinas de una supuesta ‘agresión argentina‘ como lo hicieron hace 28 años.
Sin embargo, ayer el canciller en las sombras por el conservadurismo, William Hague, le pidió al primer ministro Gordon Brown que envíe naves para reforzar la defensa de las islas.
Hague, admirador confeso de Margareth Thatcher, saca provecho a la situación políticamente complicada por la que atraviesa Brown. En el Reino Unido se habla de recortes concretos al presupuesto de Defensa y en medio de esa pelea, y hasta de fusionar ciertos sectores militares con las fuerzas francesas, una imagen que causa urticaria sobre todo entre los tories.
Ese es el contexto de las declaraciones de Hague. Pero si bien desde el Foreign Office se descartó cualquier avanzada militar hacia el Atlántico Sur, el gobierno inglés sí dejó bien en claro que seguirá adelante con la exploración petrolera que comenzaría este fin de semana. ‘No tenemos dudas sobre nuestra soberanía sobre las Falklands (Malvinas) y hemos sido claro en cuanto a que el gobierno de las islas tiene autoridad para desarrollar la industria petrolera. Vamos a seguir monitoreando la situación muy de cerca, pero no vamos a reaccionar a cada acto de la Argentina‘, dijo el ministro inglés Chris Bryant.
De este lado de la contienda, se hace lo que se debe. El canciller Jorge Taiana viajará a las Naciones Unidas, que desde 1965 insta a Londres a Buenos Aires a que negocien sobre la disputa territorial, pero no ha sido escuchada. No lo será ahora. Mucho menos cuando el momento de la verdad se acerca. Porque una cosa es que la escalada diplomática se recaliente entre ambos países, pero la realidad es que todo puede cambiar cuando se perfore el primer pozo petrolero este fin de semana, en una ronda que durará por lo menos seis meses. Si hay oro negro en Malvinas, todas las estrategias pueden volar por los aires. Business are business.
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